jueves, 21 de mayo de 2009

AHOGADO EN LOS RECUERDOS

AHOGADO EN LOS RECUERDOS

No se por qué perturbas
aún mi alma.
No se por qué vives
aún en mis sueños.
No se quien puedas ser.
Tal vez seas el recuerdo de todas
las que he amado.
Quizás en ti haya
un pedacito de cada una de ellas,
y llegas de pronto,
ahogándome de tristeza,
rauda, sin avisar,
calando todos los poros
de mi piel, asolada
por la última nostalgia.

Te repito que no se quien puedas ser.
De ti percibo el aroma
de muchas flores.

Me despierto de madrugada
exhalando tu aliento.
Salgo a la calle
y Santo Domingo está cargada
de tu infinita presencia.
Todo este rocío es parte de ti.

De pronto la lluvia,
desatada en temporal,
hiere mi piel,
cual si fuera una lluvia de besos,
de besos ardiente,
de fuego, calcinantes.
Desesperado
pronuncio tu nombre
y al pronunciarlo
todos los nombres de las que he amado
han salido de mi boca
como una estampida de caballo salvajes.

Grito. aúllo
pero la lluvia sigue
hiriéndome la piel.
Y ya cansado, exhausto
suspiro hondo
resignado a ser devorado
por tantos recuerdos
de amores perdidos
al borde de mis infinitos crepúsculos.
!Santo Domingo!
! Santo Domingo!
Detén tus torrenciales aguaceros.
Detén esta lluvia
que me arrastra
por los caminos de la melancolía
por los caminos del dolor y la tristeza
por los caminos de los recuerdos... Ransés
5/11/98.

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